Y es que
muchas veces no vemos más alla de nosotros. No somos conscientes de que existen
muchos mas colores que el blanco y el negro pero claro, quien quiere darse
cuenta de ello. Y eso se explica perfectamente en el famoso dicho que todos
hemos oído alguna vez “ojos que no ven, corazón que no siente”.
Dejar a un
lado el egocentrismo al que estamos atados, mirar una determinada situación
desde distintos puntos de vista, saber que no tiene por que pensar nuestro
amigo, nuestro hermano o nuestro novio de la misma forma o actuar acorde a lo
que sentimos es algo que no todo el mundo esta capacitado a aceptar. Duele,
duele darlo todo por alguien y que no lo valore, duele darlo todo por cincuenta
personas y sentir que no lo aprecian, pero sabeis que, muchas veces el simple hecho
de que te miren y te sonrían lo es todo. Una sonrisa vale más que mil palabras.
Una sonrisa es suficiente para dejarlo todo y apostar por algo que jamás habíamos
creído que podríamos hacer, desviarnos del sendero y meternos en mitad de un
bosque sin saber lo que nos deparará el futuro y que no nos importe nada más
que la otra persona o tu propio objetivo.
Pero el
problema no es ese, el problema central del ser humano es esperar más de lo que
muchas veces se da. Querer que hagan por ti cosas que ni tu mismo harias por
nadie. Y lo sabes. Sabes que no estas dispuesto a arriesgar tanto pero claro,
cuando es otra persona todo cambia. Te escusas con argumentos sin sentido.
Buscas errores del pasado para justificarte. Entonces alguien te dice para, para
y abre los ojos. No te enseña la salida pero te ayuda a que la encuentres por
ti mismo. Quien sabe, puede que en ese entonces te des cuenta de que puede que
no valorabas las cosas como creías que lo hacias, que no has dado tu mano a
quien lo necesitaba en todo momento, que a veces has interpuesto tu propia
persona a otra cuando sabias que necesitaba tu ayuda. Ni el bueno es tan bueno
ni el malo es tan malo. Simplemente es la naturaleza del hombre, ser egoístas.
Pero llega
el que hace que todo eso cambie, comienzas a abandonar el camino fácil, sin obstáculos
y te adentras en uno oscuro, no ves la salida pero no te importa, no te importa
tropezarte con mil ramas, ni que te piquen insectos que ni conocias que existían,
no te importa que salga un animal a tu acecho, en el fondo sabes que merece la
pena. Cuanto te caíste te levantaron. Cuando te picaron te curaron. Cuando te
atacaron se pusieron entre la bestia y tu.
¡Pero que
tipo de persona es capaz de todo eso por ti!, ¿Serias tu capaz de tanto por
ella? Por supuesto. Esa es la esencia del amor. Darlo todo incondicionalmente,
sin esperar nada a cambio pero recibiéndolo todo por parte de la otra persona.
La única
cura del egoísmo es el amor.
No hay comentarios:
Publicar un comentario