Miras a tu alrededor y lo
único que ves son recuerdos. Recuerdos lejanos. Recuerdos próximos. Recuerdos que aún quedan por
recordar. No sabes si aquellos recuerdos serán para siempre pero lo que si
sabes es que nunca los olvidaras. Algo que te hace tan feliz no puede olvidarse
así como así. Pero no son los recuerdos lo que más te llena sino la persona con
la que los creas, con la que los sigues viviendo cada día y con la que quieres
disfrutar de muchos más.
Pero no todos esos recuerdos son bienvenidos, también los hay de hace tiempo que rezas para que no reaparezcan en tu mente una vez más. Quien te hizo daño simplemente no merece que le piensen. No merece nada. Bueno sí, un escarmiento para que la vida le devuelva todo lo que esa persona te dio, tanto bueno como malo. Algo a lo que llamamos KARMA.
Porque aunque ahora solo quieras eliminarlos de tu mente, en algún momento te hicieron feliz y muchas veces eso es lo que cuenta, te quedas con lo mejor de cada persona, te ayuda a crecer, a madurar, te ayuda a ayudar a los que aun no lo sufrieron pero se ve tan nítido su final que lo único que puedes hacer es advertirles. Lo que no te mata te hace más fuerte y si no te enseña a serlo. Pero siempre viendo ese lado gris. Viendo la situación desde diferentes perspectivas. Poniéndote en la piel de los demás. Enseñando y a la vez aprendiendo.
Y es que, lo único que puedes darle a alguien que no le pueda dar nadie mas es tu tiempo, esos minutos de tu vida que tanto ansias disfrutar. Pero se los ofreces incondicionalmente a alguien que consideras que los disfrutará más que tú misma. En verdad de eso es lo que falta, personas que se ofrezcan sin pedir nada cambio solo con la única recompensa de ver una sonrisa en otro rostro y saber que es gracias a ti.
Ofrécete a ti misma, eres el regalo más grande.
Pero no todos esos recuerdos son bienvenidos, también los hay de hace tiempo que rezas para que no reaparezcan en tu mente una vez más. Quien te hizo daño simplemente no merece que le piensen. No merece nada. Bueno sí, un escarmiento para que la vida le devuelva todo lo que esa persona te dio, tanto bueno como malo. Algo a lo que llamamos KARMA.
Porque aunque ahora solo quieras eliminarlos de tu mente, en algún momento te hicieron feliz y muchas veces eso es lo que cuenta, te quedas con lo mejor de cada persona, te ayuda a crecer, a madurar, te ayuda a ayudar a los que aun no lo sufrieron pero se ve tan nítido su final que lo único que puedes hacer es advertirles. Lo que no te mata te hace más fuerte y si no te enseña a serlo. Pero siempre viendo ese lado gris. Viendo la situación desde diferentes perspectivas. Poniéndote en la piel de los demás. Enseñando y a la vez aprendiendo.
Y es que, lo único que puedes darle a alguien que no le pueda dar nadie mas es tu tiempo, esos minutos de tu vida que tanto ansias disfrutar. Pero se los ofreces incondicionalmente a alguien que consideras que los disfrutará más que tú misma. En verdad de eso es lo que falta, personas que se ofrezcan sin pedir nada cambio solo con la única recompensa de ver una sonrisa en otro rostro y saber que es gracias a ti.
Ofrécete a ti misma, eres el regalo más grande.
No hay comentarios:
Publicar un comentario