Y así es, nuestras aciones son como un bumeran que lanzamos y siempre vuelve a nosotros. Todo lo que hagamos, lógicamente tendrá resultados en el futuro a medio o corto plazo. Por ello el mirar cada detalle con lupa es imprescindible para no salir perjudicado.
Antes de nada debemos saber con quien tratamos para poner unos límites u otros, que queremos conseguir y cuanto tiempo necesitamos para llevarlo a cabo. Esos tres pasos son imprescindibles para cualquier decisión que tomemos independientemente de la importancia que le demos. Un factor importante es tener la cabeza fria, casi siempre las peores palabras y decisiones vienen después de una discusión o un momento de bajón.
Razonando las cosas detenidamente nos daremos cuenta de nuestros propios errores. Nunca está de mas reservar unos minutos diarios a meditar. A la larga nos convertirá en una persona mas respetable y responsable.

